La depresión está incluida dentro de los T del estado de ánimo y es uno de los cuadros psicopatológicos más frecuentes en los seres humanos. Su característica principal es la alteración del humor entre otros.

La palabra depresión se ha popularizado en exceso perdiendo su significado.  Se suele decir: “estoy depre” en lugar de decir “estoy triste”. Esto ha hecho que la depresión se asocie solamente a un estado de ánimo bajo y pasajero, pero la depresión es mucho más que un humor bajo. Hay que distinguir los estados de ánimo depresivos más o menos transitorios y cotidianos de la depresión clínica.

Sentirse deprimido no es suficiente para diagnosticar una depresión, porque coexisten síntomas anímicos, motivacionales, cognitivos y físicos. A continuación mencionamos algunos:

  • Pérdida del interés o placer en casi todas las actividades con las que antes se disfrutaba,  no hay ganas de hacer nada. (apatía y anhedonia)
  • Falta de energía, cansancio y fatiga muy importante; un simple paseo, ducharse, ir a comprar, incluso levantarse de la cama pueden convertirse en verdaderos esfuerzos. Las personas con depresión sienten como si hubiera una fuerza que les impidiera moverse.
  • Cambios en el apetito (se pierde el apetito o hay un hambre exagerada) y con el sueño ocurre algo similar (insomnio o hipersomnia).  
  • Sentimientos de infravaloración e inutilidad (“no sirvo para nada”), de culpa (“debería de…y no hago nada”). Esta cuestión puede crear mucha ansiedad, así como tambíen pérdida de autoestima, desesperanza y visión negativa del futuro.
  • Dificultad para concentrarse (estudiar o simplemente leer se hace imposible) o bien para tomar decisiones simples o complejas.
  • Pensamientos de muerte (“Para estar así mejor quitarme de en medio” “soy un estorbo”), ganas de llorar constantes sin motivo aparente, sentirse pasotas,  con mayor mal humor o irritabilidad, quejas somáticas (“Me duele todo el cuerpo”) y sentimientos exagerados de frustración por cosas sin importancia.
  • Ansiedad subjetiva e inquietud.
En adolescentes y personas mayores es más habitual el ánimo inestable e irritable.

También es muy habitual el auto-reproche por estar enfermo o no cumplir. Con frecuencia la persona que sufre depresión piensa que es vaga o cree que los demás pueden pensar que es una persona vaga. Hay personas que lo consideran una debilidad o falta de carácter sin ser cierto, de hecho, todas las personas en un momento u otro de la vida podemos sufrir una depresión.
Es importante tener en cuenta el grado, que puede ser leve, moderado o grave.

Para diagnosticar una depresión, al menos deben estar presentes dos de los tres síntomas típicos: ánimo depresivo, pérdida de interés o de la capacidad para disfrutar y fatiga. El período a considerar para realizar un diagnóstico de depresión es de 2 semanas mínimo con la misma sintomatología.

Las personas con depresión pueden  pensar que no entienden lo que les pasa porque lo tienen todo (pareja, hijos, casa, trabajo etc…) para ser felices, pero no lo son ya que a simple vista no hay un motivo aparente que pueda causar ese estado.

Entre las causas de la depresión pueden estar:

  • Factores biológicos, hormonales y genéticos
  • Factores de carácter y personalidad puede ser un elemento que predispone a la depresión como en casos de personas con baja autoestima o muy autocríticas o con una exigencia muy elevada o pesimistas. Falta de tolerancia a la frustración.
  • Factores ambientales o factores desencadenantes. Situaciones de pérdida y cambio. Situaciones vitales que hacen que entremos en crisis y se produzca la depresión: muerte de un ser querido, pérdida del trabajo, pérdida de una situación económica, separaciones y divorcios. Otros acontecimientos que pueden producir depresión son situaciones aparentemente positivas: casarse, acabar una carrera, cambio de trabajo, tener un hijo…
¿Qué podemos hacer si sospechamos que podemos tener una depresión ó que nuestro estado de ánimo es excesivamente bajo durante demasiado tiempo?

Lo primero y más recomendable es realizar una consulta con un profesional de la psicología,  para que pueda valorar si la cuestión es leve y, por tanto, fácil de resolver o bien se requiere realizar una psicoterapia. También valorará si es necesaria la intervención de un médico para que recete alguna medicación que ayude a calmar el malestar mientras se trabaja en psicoterapia.

La medicación es como una muleta, realmente no cura, pero hay casos en los que es imprescindible para que la persona lleve una vida normalizada.

En psicoterapia se intentan averiguar los motivos que provocaron la depresión y los factores que perpetúan este estado a través del análisis de la historia del paciente. A partir de ahí se intenta propiciar los cambios necesarios para la resolución del problema.